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¿Qué son los embalses de arena?

Imagine que vive en una zona en la que solo llueve en determinados meses del año. Durante el resto del año, tiene que andar hasta ocho horas al día para ir a buscar agua para su familia. Y, lo que es peor, el agua que se pasa todo el día recogiendo puede estar contaminada con microorganismos que harán que su familia enferme.

En este punto es donde aparecen los embalses de arena. Estas sencillas pero ingeniosas estructuras permiten a las comunidades que viven en lugares semiáridos almacenar y aprovechar el agua que reciben durante la temporada de lluvias para beber y cultivar durante el resto del año.

Los embalses de arena son sencillos muros de hormigón reforzado que se construyen en los lechos de ríos estacionales, que son aquellos que solo contienen agua durante la temporada de lluvias pero que durante el resto del año están secos. Durante cada una de las temporadas de lluvia, el agua y la arena se acumulan detrás del embalse. Al término de las tres temporadas de lluvia, el embalse queda completamente lleno de arena, aunque también de agua: hasta 20 millones de litros que son suficientes para que 1000 personas tengan agua durante todo el año.

La arena del embalse tiene tres efectos distintos sobre el agua: la cubre para evitar que se evapore o se contamine, la filtra para eliminar impurezas y actúa como una esponja natural, dejando que los terrenos circundantes retengan agua y que los árboles y otras plantas crezcan.

El agua se saca del embalse a través los tradicionales agujeros que se crean, o bien bombeándola, y se utiliza para beber y para regar las cosechas.

Los embalses de arena, además de ser muy económicos y prácticos, son relativamente sencillos de construir. Pueden durar por lo menos de 30 a 50 años y tienen unos costes de operación y mantenimiento prácticamente nulos.

Obtenga más información acerca de los embalses de arena en el sitio web de The Water Project.